A LOS TRABAJADORES DE
LA EDUCACIÓN:
AL MAGISTERIO
DEMOCRÁTICO DEL PAÍS:
A LOS PUEBLOS DE
MÉXICO Y DEL MUNDO:
Después de 40 años de
bregar a lo largo y ancho del país por la democratización del sindicato, la
educación y la vida
nacional, en la Ciudad
de la Resistencia Oaxaca
de Juárez, Oaxaca,
nos hemos reunido
Delegados efectivos y
fraternales de distintas
entidades del país
para realizar el
VI Congreso Nacional
Ordinario de nuestra Unión de
Trabajadores de la Educación (UTE).
En medio de la intensa
bruma tendida por el régimen de la autodenominada Cuarta Transformación
para embaucar al pueblo,
para someter a la clase trabajadora y profundizar la política depredadora del
imperio, RATIFICAMOS nuestra
decisión y compromiso
de seguir trabajando
por un sindicalismo
clasista y revolucionario, por
una educación comprometida con los intereses de los explotados, por un gobierno
obrero campesino popular, por
una sociedad sin explotados ni explotadores.
Desde esta
perspectiva, DECLARAMOS:
La autodenominada 4ª
Transformación no tiene punto de comparación con las grandes rebeliones
sociales en nuestro país; la
Revolución de Independencia, la Guerra de Reforma Liberal y la Revolución
Mexicana, fueron movimientos que
incidieron en la propiedad sobre los medios de producción y en las relaciones
sociales de producción, convocaron
a Congresos Constituyentes de las que emanaron Constituciones Políticas donde
se establecieron concesiones
a la clase
trabajadora que fueron
plasmadas en leyes
progresistas que los gobiernos neoliberales
se han encargado
de eliminar paulatinamente. La
llamada 4ª Transformación no alcanzará tal magnitud
pues sólo el pueblo insurreccionado ha forjado cambios verdaderos en favor de
la clase trabajadora,
obligando a la
burguesía a mejorar
las condiciones de
vida de la
clase explotada y defendiendo esos
logros con todas las medidas necesarias.
Sería ingenuo pensar
que en la actualidad la burguesía nacional y extranjera, sólo acatando el
resultado en las urnas,
voluntariamente dará marcha atrás a las reformas estructurales o sacrificará
sus ganancias para mejorar las
condiciones de vida,
de trabajo y
de estudio para
la clase trabajadora
y sus hijos.
La autodenominada Cuarta
Transformación del país no pasará de ser más que un slogan, una frase de
campaña, si no se le restituye
al pueblo el derecho a la educación, a la salud, a la vivienda, al trabajo, a
un salario decoroso, a
prestaciones sociales, a un precio justo a sus productos, etc.; sobre todo, si
en lugar de hacer los cambios al lado del
pueblo se hace sin él y contra él.
A los trabajadores de
la educación, a sus dirigentes y demás individuos que involuntaria o
deliberadamente asumen la defensa
acrítica de AMLO - 4T y con mil argumentos descalifican las voces que –
desde una posición proletaria -
cuestionamos las formas y el fondo de las medidas adoptadas por el nuevo
gobierno, los llamamos a analizar con
realismo la política educativa de la 4T, pues representa la continuidad de la
política educativa del sexenio
de Enrique Peña Nieto;
el ejemplo más
claro es la
reforma constitucional aprobada
que no consideró los
planteamientos de la CNTE, las leyes secundarias y la Nueva Escuela Mexicana
que se votarán en breve. Insistimos
en la necesidad de no escuchar acríticamente los cantos de las sirenas, pues,
aunque haya llegado un nuevo partido al gobierno, y su discurso cale entre las
amplias masas, el carácter burgués del Estado mexicano no
cambiará.
Por tanto, lejos de
arrear banderas o de esperar que el nuevo gobierno y su partido resuelva los
problemas de la educación, de la
salud, del salario justo, etc., es obligación de todos fortalecer nuestras
organizaciones, construir la más
amplia unidad con otros sectores de trabajadores en torno a nuestras demandas
comunes y prepararnos para
defender permanentemente la voluntad popular que no se reduce al sufragio del
pueblo depositado en las
urnas.
Después de que las
primeras conclusiones respecto a los resultados del proceso electoral del 1º de
julio de 2018 nos indicaban que
el sistema había optado por la salida socialdemócrata a su crisis económica,
política y social en lugar de
la salida fascista, las medidas implementadas por el gobierno de AMLO (la
militarización a través de la Guardia
Nacional, la imposición de megaproyectos geo estratégicos, el muro de
contención militar migratoria en
la frontera sur, la profundización de las reformas estructurales) nos dejan
claro que hay una continuidad
neoliberal y un sometimiento mayor hacia el Imperio Norteamericano, todo
disfrazado con un discurso nacionalista y socialdemócrata.
Aun cuando las medidas
del nacionalista López Obrador están sirviendo de contención y mediatización,
ésta será temporal
pues de entrada
ya se están
observando dificultades para que
el gobierno cumpla
con los ofrecimientos de
campaña en aspectos económicos y sociales. En este marco, la salida
revolucionaria a partir de las propuestas
tácticas (Frente único, Huelga Política General, Asamblea Nacional del
Proletariado y los Pueblos de México)
planteadas por nuestras organizaciones adquiere mayor vigencia.
Si bien la debilidad
del proceso de Frente Único y del movimiento proletario consciente no permite
en este momento ser un factor
determinante en la dinámica de la lucha de clases e inclinar la correlación de
fuerzas en favor de la clase
explotada, esto no significa que debamos apoyar a uno u otro sector de la
burguesía y a sus planes
para maquillar la
explotación asalariada. Por
el contrario, es
nuestro principal deber
darle continuidad y
firmeza al movimiento
proletario consciente y
revolucionario, esclarecer y
combatir las ilusiones
pequeño-burguesas, seguir combatiendo política e ideológicamente por la
revolución en medio de la confusión y el
titubeo de los explotados.
Para que
la lucha espontánea
del pueblo y
los trabajadores se
convierta en conciencia
y organización, necesitamos
multiplicar la agitación y propaganda socialista y revolucionaria; en lugar de
darle la espalda o descalificar la
acción de descontento
y las limitadas
formas de lucha
de las masas,
estamos obligados a explicarle
didácticamente la relación entre el papel de la clase política y los intereses
de quienes ostentan el poder económico. Sólo
de esta forma estaremos en condiciones de disputarle a la burguesía el control
de las masas, elevar su
conciencia y su organización, encaminándola a la lucha por su
emancipación.
Por todo lo anterior,
desde la Ciudad de la Resistencia, donde el pueblo explotado osó en 2006
trastocar el paraíso burgués,
llamamos fraternalmente a los trabajadores
de la educación
del país, a
las corrientes democráticas
magisteriales, a las organizaciones populares y sindicales, a poner por delante
los intereses del pueblo y la clase
trabajadora, a volver a poner los pies en la tierra respecto a la ilusión
alentada por la 4ªT, a construir la
más amplia unidad
del pueblo y
los trabajadores en
torno a nuestros objetivos inmediatos e históricos de clase
hacia la emancipación y la construcción de una sociedad sin explotados ni
explotadores, hacia la revolución
proletaria y el socialismo.
“Pr u nii e se naedcaó rometd nls itdls loas”
UNIÓN DE TRABAJADORES
DE LA EDUCACIÓN – FRENTE POPULAR REVOLUCIONARIO
Oaxaca de Juárez,
Oaxaca. Julio 20 de 2019.
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