sábado, 2 de marzo de 2019

EEUU QUIERE LA GUERRA CONTRA VENEZUELA


Con el propósito de apropiarse del petróleo de  Venezuela, los Estados Unidos están  promoviendo un cerco militar encubierto por una supuesta "ayuda humanitaria". En este sentido, ha articulado el apoyo incondicional de Colombia y Brasil, que cooperan militarmente con los Estados Unidos, reciben asesoría y actúan en consonancia con la política de incentivar un proceso de levantamiento armado promovido por la oposición y una gran cantidad de mercenarios  puestos en las fronteras venezolanas.


 El 4 de febrero, fueron convocadas manifestaciones en Venezuela por los opositores para convulsionar al país y declarar al diputado Juan Guaido presidente interino, tratando de dar un golpe contra las instituciones y la elección ganada por Nicolás Maduro. Esta acción fue firmemente rechazada y sufrió un gran fracaso, pues la inmensa mayoría del pueblo estuvo en las calles para mantener al gobierno.

 El vicepresidente  de Brasil Hamilton Mourão es consciente  que, en la actual situación, Maduro mantiene el mando del país. En este sentido, el gobierno brasileño,  actúa como fiel agente del imperialismo fascista de los Estados Unidos. Lo que debería hacer el gobierno de Bolsonaro es explicar la conexión de su gobierno con las milicias armadas en Río de Janeiro, comandadas por sus hijos, que promueven asesinatos, extorsiones y lavado de dinero.

El gobierno venezolano promovió el cierre de las fronteras con Colombia, Brasil y las Antillas Holandesas para impedir que esos países sirvan de instrumentos de los Estados Unidos para el envío de armas y equipos para establecer una guerra civil a favor del imperialismo. En ese momento, Juan Guaidó se reune en la fronteras, apoyado por militares de estos países y de los Estados Unidos, insuflando camiones cerrados con supuesta ayuda humanitaria forzando la entrada en Venezuela. De hecho, el papel de  Colombia es brutal en este escenario, ya que este país tiene desde hace mucho tiempo un búnker de los Estados Unidos, entregan su territorio para implantar la inmensa base militar estadounidense.

También actúa con el paramilitarismo clandestino para reprimir a los movimientos sociales y la guerrilla colombiana. No es extraño que en este país se presente una acción sumisa al imperialismo. Estados Unidos a través de Pence se reunió con los presidentes de sur America, para promover las presiones y establecer medidas duras contra Venezuela.
Se preparan ideológicamente para defender el falso "humanitarismo" para promover un cerco mediático e insuflar la guerra. También ese representante se reunió con Mourão para exigir una mayor intervención de Brasil en la cuestión venezolana. Quieren  poner sus ejércitos y transformar  nuestro país en una base militar, como ocurre hoy con Colombia. ¿Qué moral tienen los Estados Unidos para hablar en ayuda humanitaria? ¡No! Se trata de un país imperialista, que intenta, a toda costa, promover una intervención militar, preferentemente indirecta, la cual tenga sus costos asombrados por países dependientes y sumisos, como Brasil y Colombia.

Este "humanitarismo" de EEUU es el mismo que él ha promovido en Iraq,  en Libia, en Afganistán, donde realizaron verdaderas masacres para retirar gobiernos y mantener el control del petróleo en la región. Son  asesinos que apoyan atrocidades en Palestina, promovidas por Israel, e intentan, a toda costa, persuadir a los estadounidenses  para promover la segregación racial.

El 23 de febrero, el pueblo salió a las calles en todas las ciudades del país para defender su soberanía y su independencia. El presidente venezolano afirmó: "Mi vida está consagrada totalmente a la defensa de la patria en cualquier circunstancia, yo me no doblaré, jamás me rendiré, defenderé  mi patria con mi propia vida si es necesario defenderla. Quiero que sepan, es una orden que doy al pueblo, es una orden que doy a los militares y a todas las Fuerzas Armadas Bolivarianas, si reciben noticias que hicieron algo a Nicolás Maduro, salgan a las calles en la unión cívico-militar para hacer una gran revolución proletaria y socialista”.

Las manifestaciones de la oposición fueron débiles y no alcanzaron su objetivo, que era solicitar la anticipación del referéndum para juzgar la permanencia o no de Maduro. , los gobiernos bolivarianos fueron muy atigrados, promoviendo reformas sociales importantes, como el rescate de PDVSA-Petróleo de Venezuela, colocándola al servicio de la política del gobierno para la creación de universidades, ampliación de la política la salud pública y el programa de vivienda popular. También hicieron la estatización de otros sectores como la empresa de cemento. El problema es que paró todo este proceso y el proceso revolucionario no fue hacia adelante para implantar verdaderamente el socialismo.

 De esta forma, la patria bolivariana quedó dependiente del petróleo y rehén del comercio internacional, que, como sabemos,  los Estados Unidos tienen un enorme peso, que practica todo tipo de sabotaje e influye en el precio internacional del petróleo negativamente. Controlando Iraq, Afganistán, Libia y con alianza estratégica con Arabia Saudita, Estados Unidos tiene la situación de control del precio del petróleo. Tienen una producción interna con petróleo de esquisto, retirado de las rocas, que totalizó cerca de dos millones de barriles por día el año pasado, haciendo la producción de petróleo total de Estados Unidos que se ha convertido en un alza del 32% en cinco años. Como se dijo al principio, por más que los Estados Unidos controlen el petróleo, la guerra contra la Venezuela tiene el objetivo principal de someter el " país, retirar su soberanía y apoderarse de sus fuentes de petróleo, que son las más grandes reservas del mundo.

Como sabemos, el petróleo es, sin duda, la más importante materia prima mundial, siendo fundamental para el imperialismo estadounidense mantener este monopolio absoluto. Debemos repudiar la posición brasileña tomada por el Gobierno de Bolsonaro, que de manera vergonzosa apoya a estos intereses  oscuros de los Estados Unidos por el dominio del petróleo.

Esta posición lleva lamentablemente a Brasil a una situación de sumisión, sin que tenga ninguno de sus problemas en juego. La aparición  del incentivo a la violencia, trabajando con los medios de comunicación para alcanzar apoyo popular a un conflicto, es, por consiguiente, la preparación para la guerra.

 No podemos aceptar que ocurra en Brasil una mancha más en su historia, de actuar cobardemente contra un país soberano e independiente, como la cruel guerra contra Paraguay en 1864, la Triple Alianza entre Brasil, Argentina y Uruguay promovió esa guerra deshumana, que mató casi toda la población adulta masculina de Paraguay. En la ocasión, fuimos instrumento del imperio inglés, que quería la guerra para alcanzar sus intereses. ¿Y ahora, seremos usados ​​por los Estados Unidos contra un pueblo vecino? Claro que eso es un absurdo y no puede ser aceptado

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