Órgano de la plataforma comunista Por el partido comunista del proletariado de Italia.
Como era de esperar, la Italia imperialista
está de vuelta en recesión de la
producción en los últimos meses. El sector industrial colapsó, las
exportaciones disminuyeron y el consumo interno se mantuvo en juego debido a
los bajos salarios y alto desempleo.
Después de largos años de estancamiento y una modesta
recuperación inconstante, se viene otra
vez la destrucción de las fuerzas productivas, con despidos masivos.
La enésima recesión italiana (desde 2000 hasta
hoy). El crecimiento del PIB fue de sólo el 4% y la producción manufacturera se
ha reducido por 16%) es parte de un escenario mundial, caracterizado por el
declive de la actividad comercial, mientras que la deuda global ha alcanzado el
318% del PIB.
La zona euro, incluida Alemania, está
experimentando una desaceleración. China, el motor del capitalismo mundial en
la última década, se ralentiza. Se desarrollan guerras comerciales para
mantener y conquistar los mercados. El rearme de los poderes preludio
imperialista a un nuevo reparto del mundo a través de la guerra. A nivel
político, la incertidumbre se propaga, inestabilidad, especialmente en la UE
con la disputa sobre el Brexit y las elecciones europeas, este fenómeno se acentuará en los próximos meses.
El periodo de estabilización del capitalismo,
obtenido tras la gran crisis del 2008, con ríos de dinero público, políticas de
La austeridad, etc., está detrás de nosotros.
A la contradicción fundamental entre el
carácter social de las fuerzas productivas y la producción y de la propiedad
privada capitalista de los medios, en esta fase de agudización se suman también
los conflictos existentes entre el desarrollo universal de las fuerzas
productivas y las barreras planteadas por los estados burgueses con su nacionalismo agresivo.
El resultado de estos contrastes es la
tendencia a una nueva crisis del capitalismo mundial, que exacerbará los
peligros de la guerra.
La experiencia demuestra que China va en ascenso el capitalismo monopolista, con políticas
y recetas neoliberales y neokeynesianas, con engaños populistas.
Mientras elevamos la conciencia de los
trabajadores, afirmando que no tienen que pagar la crisis del Capital, debemos
afirmar que las contradicciones de este sistema moribundo puede ser resuelto
solo por la revolución socialista destinado a destruir las relaciones de
producción capitalista, que son un obstáculo intolerable para el desarrollo de
la humanidad, para crear nuevas relaciones correspondiente al nivel de
desarrollo y al Carácter social de las fuerzas productivas.
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